¡Hola a todos!
Esta entrada se la quería dedicar a mis
compañeros de la carrera que mañana van a hacer, igual que yo, el
examen de Interpretación Simultánea. Lo único que puedo hacer es
desear(n)os suerte.
Estos días estuve pensando todo lo que he
mejorado en simultánea... todavía me acuerdo del día en el que
llegamos con Andrea a la cabina y de repente la profesora sin
explicar nada dijo: «vamos a empezar». Las dos nos asustamos muchísimo porque
todos mis compañeros ya habían comenzado a interpretar y nosotras si quiera habíamos encendido el micrófono. Un
desastre en toda regla. Los días fueron pasando y cada vez nos
salían algo mejor las interpretaciones. Me acuerdo de algunas
anécdotas y todo lo que nos reímos.
Un día la profesora nos puso una
entrevista de un cantante africano que se llama Lokua Kanza, aquí os
dejo el
enlace para quien quiera conocerlo. Me gustaba tanto que al final terminé
interpretando todo... hasta los nombres propios lo que dio lugar a
una situación bastante cómica. En la entrevista sale como una mujer
se levanta y dice: «Bonjour. Je m'appelle
Marie Louise». Entonces,
yo, emocionada dije: «Buenas días. Me llamo
Maria Luisa...» y me quedé
más a gusto que un arbusto. Andrea se empezó a reir pero yo no
entendía nada. Cuando acabé el discurso, la profesora me preguntó:
Daria, ¿no sabes que los nombres propios no se traducen?
Sorprendida, la miré y le respondí: «Sí, lo sé» Y me contesta «¿y entonces por qué le has
llamado Maria Luisa a la mujer que hacía la pregunta?» Miré a Andrea
y comprendí porqué se reía antes...
Hace poco, este
cuatrimestre, también sucedió una cosa muy graciosa... La profesora
nos puso un video sobre transplantes (y cosas varias de avances
científicos) que empezaba de esta manera (más o menos que no lo
recuerdo con exactitud): Vous imaginez aller au supermarché et
pouvoir acheter un coeur de une vache, un cochon ou un âne ? Me puse
a interpretar: ¿Se imaginan ir al supermercado y poder comprar un
corazón de una vaca, un cerdo o un ano? de repente me paré, dije:
¿Ano? ¡No es ano! ¡Es asno! Entonces, pasé un mal momento la verdad,
además estaba deseando que no me hubiese escuchado. Afortunadamente,
no lo hizo.
La última anécdota no tiene nada que
ver conmigo pero me hizo mucha gracia. Estaba en la biblioteca
terminando el Trabajo de Fin de Grado. Encontré un archivo pdf
titulado «Traducción como mediación entre lenguas y culturas»
editado por Carmen García Garcés. A mi me interesaba el tema sobre
la interpretación en servicios sanitarios. Abré el archivo, miré el
indice... ¡Ah, página 80! Hay algo... Allá voy. En el articulo,
Jonathan Sanders de la Universidad de Saint Louis contaba que unos
hábitos lingüísticos le jugaron una mala pasada. La situación
tuvo lugar en un hospital de Estados Unidos donde el Sr. Sanders
interpretaba para una familia mexicana. En un momento dado, la enfermera
ofreció zumo a los niños y les prometió que les traería una
straw, el intérprete decidió traducirlo por pajilla.
La madre asentó y se rió para ella misma... Más tarde el
intérprete se dio cuenta de lo que realmente daba a entender «la
pajilla»
Estoy segura que todos os han pasado
historias graciosas y os invito a compartirlas :D
¡Un saludo!